#86 El seguro de vida, el banco, y el ahorro real
Hoy casi todos tenemos un seguro de vida, nos obligó el banco, lo contratamos con ese plan de ahorro, nos colaron uno al comprar el coche, incluso por propio convencimiento, para mitigar problemas financieros a la familia si llegamos a faltar…
El juego de espejos de los bancos: cuando el "descuento" no es lo que parece
Te pongo un ejemplo que podría ser real. Cada día nos cuentan una cosa similar en la oficina: su banco le ofrecía una hipoteca con un tipo de interés "especial" si contrataba su seguro de vida: 1,80% frente al 2% estándar. Parecía un trato justo. Hasta que comparamos números.
Con un préstamo de 300.000 euros a 25 años:
El 1,80% le suponía pagar 3.600€/año
El 2% (sin seguro vinculado) equivalía a 4.000€/año
La diferencia mensual era de 33 euros, pero aquí está la trampa: el seguro del banco costaba 75€/mes, Bueno, el Seguro es obligatorio, así que al menos me llevo el descuento. Sin embargo, un seguro en cualquier compañía no bancaria similar salía por menos de 30€. Al rechazar el paquete, su hipoteca subía 33€, pero gastaba 40€ más al mes. en el seguro. Resultado final: pagaba 33€ más al mes por su préstamo, pero ganaba libertad absoluta para cancelar o modificar su póliza cuando quisiera, y unos75€ al año más en el bolsillo. Además, tras 25 años, ese "ahorro" ficticio del banco se esfumaba frente a la flexibilidad obtenida., esa póliza sigue subiendo con la edad, y si sube un 2%, no es lo mismo que suba de desde 360€ que te puede costar en casi cualquier sitio, o de 900€ que te cuesta el del banco.
He mezclado cifras mensuales y anuales para confundirte, y que hagas tu los cálculos para confirmar y verás que risa cuando lo lleves a tu hipoteca y tu seguro de vida. También puedes pedirnos que analicemos tu caso y pedirnos una oferta de para tu seguro de vida, por whatsapp.
No es una anomalía. Podrás encontrar información sobre que muchos de los seguros de vida vinculados a hipotecas incluyen cláusulas de permanencia o penalizaciones por cancelación. Es decir: lo que se vende como comodidad suele convertirse en una jaula de oro, y además más caros.
¿Ahorrar y cubrir la vida a la vez?
Cuando contratas un seguro de vida vinculado a un plan de ahorro o a una hipoteca, hay algo que rara vez te explican: estás pagando dos cosas a la vez, pero solo una funciona bien. Piensa en esos 60 euros mensuales que podrías destinar a tu póliza. Una parte (digamos 25 euros) cubre el riesgo de fallecimiento. La otra (35 euros) va a un fondo de ahorro con promesas de rentabilidad. Suena equilibrado, ¿verdad? Hasta que observas los detalles.
El problema no es que el dinero desaparezca, sino que se fragmenta. Esos 35 euros mensuales destinados al ahorro podrían generar interés compuesto con los años, pero hay un obstáculo: la parte del seguro reduce el capital inicial disponible. Es como plantar un árbol en una maceta pequeña: por mucho que lo riegues, sus raíces nunca se expandirán como deberían. A largo plazo, la diferencia es abismal. Si invirtieras los 60 euros íntegros en un fondo de ahorro puro, el crecimiento sería exponencial. Si los usas para un producto mixto, el seguro actúa como un lastre silencioso. Algunos PIAS, SIALP, etc… de costes enormes usan esta fórmula para aumentar costes.
Las cifras de 25/35€ pueden ser reales, según la edad. En estos productos mixtos, además la cantidad que irá al fondo puede ser cada vez menor porque el precio del seguro de vida, va subiendo con nuestra edad.
Por qué la simplicidad casi siempre gana
Un seguro de vida puro (solo riesgo de fallecimiento) tiene una virtud que los productos combinados nunca igualarán: transparencia radical. No hay fondos que gestionar, ni rentabilidades que prometer, ni letra pequeña sobre comisiones. Es un intercambio limpio: pagas X al mes, y si ocurre lo imprevisto, tu familia recibe Y. Punto.
Esta claridad tiene efectos prácticos. Al eliminar complejidades del producto de ahorro será más sencillo de entender, y de que aparezcan costes innecesarios que lastran tu ahorro a largo plazo.
La vida cambia. Tu seguro debería poder hacerlo contigo
Imagina que contratas un seguro de vida con tu hipoteca a los 35 años. A los 50, tus hijos ya son independientes, has pagado parte del préstamo y quieres ajustar el capital asegurado. Con un seguro vinculado al banco, esto podría implicar burocracia, tasas o incluso una denegación. Con uno independiente, es una llamada de cinco minutos.
Ahí reside la verdadera ventaja: un seguro separado se adapta a tus etapas vitales. Puedes aumentarlo si nace un hijo, reducirlo si pagas la hipoteca, o cambiar beneficiarios si te divorcias. Poder aumentar o disminuir la cantidad, modificar beneficiarios… Esto último es vital, que no sea el banco el que cobre el seguro de vida. Otro día te cuento algunas cosas que pasan…
Los productos empaquetados suelen operar como contratos estáticos. Son como zapatos que no crecen: útiles un tiempo, pero dolorosos cuando la realidad cambia.
Al final, todo se reduce a una pregunta:
¿Prefieres un producto que prioriza la conveniencia de una entidad…
…o uno que prioriza tu vida?