#87 El todo riesgo... en el hogar
Imagina que tu hijo, jugando en el salón, tropieza y derriba el televisor de 65 pulgadas, o que un mueble de la cocina se desprende de la pared y destroza el suelo de mármol. Estos imprevistos, aunque poco probables, suceden más a menudo de lo que pensamos. La mayoría de los seguros de hogar básicos se centran en riesgos específicos —como incendios, robos o daños por agua—, dejando fuera los accidentes diarios. Es aquí donde entra en juego el "Todo Riesgo", una cobertura diseñada para lo inesperado, lo repentino y, en ocasiones, lo aparentemente “tonto”. A continuación, te explicamos cómo funciona y por qué podría ser tu mejor aliado.
1. ¿Qué cubre el "Todo Riesgo" que un seguro básico no abarca?
La principal diferencia radica en el enfoque: mientras un seguro tradicional detalla explícitamente los riesgos cubiertos (por ejemplo, incendio, robo o daños por agua), el "Todo Riesgo" opera con la lógica inversa: todo está cubierto, salvo aquello que se excluya expresamente.
Esta modalidad resulta ideal para situaciones tales como:
Daños accidentales: Un juguete lanzado por tu hijo que rompe una lámpara de diseño.
Roturas de objetos o estructuras: Un mueble mal fijado que se cae y daña el suelo.
Accidentes cotidianos "tontos": Derramar café sobre el ordenador portátil y dejarlo inservible.
Daños durante mudanzas o reformas menores: Un cuadro que se desprende mientras redecoras la sala.
Importante:
No cubre daños previsibles, como una estantería que se cae tras años de instalación inadecuada.
Quedan excluidos los desgastes naturales, por ejemplo, el agrietamiento progresivo de un sofá por el uso diario.
2. La franquicia: El pequeño desembolso que previene grandes sorpresas
Una característica esencial del "Todo Riesgo" es la inclusión de una franquicia, es decir, una cantidad fija que el asegurado asume en cada siniestro. Por ejemplo, con una franquicia de 150€ y un daño valorado en 1.000€, tú asumirías los primeros 150€ y la aseguradora cubriría el resto, es decir, 850€.
Este mecanismo cumple dos objetivos fundamentales:
Evitar reclamaciones menores: Impide, por ejemplo, reclamaciones por daños insignificantes, como la rotura de un vaso de 20€.
Mantener primas competitivas: Al compartir el riesgo, se consigue que el costo del seguro sea más asequible.
Dato curioso: Algunas aseguradoras ofrecían la opción de eliminar la franquicia a cambio de un incremento en la prima, para siniestros por encima de la cifra de la franquicia, pero ya está en desuso, y no se encuentra en el mercado.
3. ¿Protege el continente, el contenido… o ambos?
El "Todo Riesgo" puede aplicarse a dos ámbitos, o solo a alguno, por eso hay que leer bien:
Continente: Se refiere a la estructura de la vivienda (suelos, paredes, instalaciones fijas).
Ejemplo: Durante el traslado de un piano, se raya el parqué de madera noble.Contenido: Engloba tus pertenencias (muebles, dispositivos electrónicos, joyas).
Ejemplo: Si tu perro destroza el sofá nuevo.
Límites de cobertura:
Opción 1: El límite se establece en función del capital asegurado del continente o del contenido. Por ejemplo, si el contenido está asegurado por 50.000€, la cobertura se extenderá hasta ese monto.
Opción 2: Puedes contratar un capital adicional específico para el "Todo Riesgo", como 10.000€ extra para proteger objetos de alto valor.
Ejemplo: Piensas en un objeto valorado en 8.000€ como máximo que te preocupa para esta garantía. Independientemente de que el contenido básico esté asegurado por 30.000€.
4. ¿Por qué incrementa el precio de la póliza? ¿Vale la pena?
Aunque incorporar la cobertura "Todo Riesgo" eleva la prima del seguro, generalmente el aumento es moderado. Este costo adicional se justifica porque:
Amplía la protección: Cubre riesgos que otros seguros dejan de lado, incluyendo accidentes cotidianos.
Ofrece flexibilidad: Permite resguardar objetos valiosos o de difícil sustitución que, de otra forma, quedarían desprotegidos.
Ejemplo real de costo-beneficio:
Póliza básica: 300€/año (cubre incendio, robo y daños por agua).
Con "Todo Riesgo": 380€/año (+80€).
Por menos de 10€ mensuales adicionales, puedes estar cubierto ante incidentes como:
Rotura de ese objeto que te preocupa a a causa de una pelota (600€ en reparaciones).
Daños en el suelo provocados por un mueble desprendido (1.200€ de reparación).
5. ¿Quién debería contratarlo?
Esta cobertura es especialmente recomendable si:
Tienes hijos o mascotas, dado que los accidentes en el hogar son más probables.
Posees objetos valiosos o frágiles, como electrodomésticos premium, antigüedades o instrumentos musicales.
Eres propietario de una vivienda de alta gama y deseas proteger acabados costosos (por ejemplo, suelos de mármol o paredes revestidas).
Prefieres evitar la preocupación constante por las exclusiones y limitaciones que suelen tener las pólizas básicas.
Conclusión
El seguro "Todo Riesgo" no es para todos, pero resulta imprescindible para quienes saben que los accidentes más costosos son aquellos que jamás se esperan. Con una franquicia moderada y la posibilidad de adaptar los capitales asegurados a tus necesidades, esta cobertura transforma lo imprevisible en una situación manejable y, sobre todo, financieramente viable. Y si quieres que te digamos cuanto sube tu póliza con esta garantía, pregúntanos en el whatsapp 642 400 220.